viernes, 13 de febrero de 2009

DENUNCIA:


“DEL DICHO AL HECHO…”, LA VIOLENCIA CONTRA LA MUJER RECRUDECE CON EL GOBIERNO DEL MAS

Por: Marcela Martínez Sempértegui*

Uno de los aspectos predominantes en las evaluaciones más benévolas de la gestión del gobierno de turno fue la inclusión social, sin embargo, día a día se constata que ésta, no pasó de ser un simple discurso, o peor aún, un conjunto de falsas promesas que ni siquiera llegaron a ser intenciones; se jugó con la confianza y esperanza de la población más vulnerable, compuesta en gran porcentaje por mujeres.

Los ataques a las mujeres fueron constantes, tanto de personeros de gobierno, desde el Presidente del Estado Plurinacional, como de sus grupos de choque, como el supuesto “comité cívico popular” que con las investigaciones de la FELCC, se descubrió que no era, sino otra forma de prebendalismo del MAS, que mantiene gente desempleada en las calles y les condiciona las dadivas a cambio de amedrentar la libertad de expresión.

Se agredió a mujeres periodistas, se agredió a mujeres parlamentarias, se agredió a la única Magistrada del Tribunal Constitucional, se agredió a una ministra de la Corte Suprema, ni hablar de las mujeres concejalas en los diferentes municipios, el supuesto cambio fue pasar del pongueaje de la tierra, al pongueaje político, se usó a la mujer como bandera de lucha, se las sacrificó en caminatas, se las hizo dormir en las calles respetando los usos y costumbres de los indígenas originarios campesinos de Potosí, que mandan mujeres embarazadas o recién paridas a pedir limosna junto a sus hijos, mientras los “varones” atienden los asuntos de la “comunidad”.

Se agredió a una mujer cruceña que formaba parte del MAS, quien tuvo que reconocer su error de preferencia política con lágrimas, frente a los medios de comunicación, pero la violencia no paró. Se llenaron los espacios principales de las mujeres líderes oficialistas en el legislativo y en la asamblea constituyente, con cuotas maritales - usando los términos de Mujeres Creando - para encumbrar mujeres que sean funcionales o condicionadas al partido de gobierno.

Posiblemente era triple crimen nacer mujer, nacer pobre y nacer campesina, sin embargo, hoy también es delictivo ser mujer citadina, ser mujer profesional, ser mujer de tez clara o peor aún ser mujer de oposición. Las agresiones llegan al extremo y cruzan todo límite imaginable, cuando el Presidente de la República no respeta ni su propia constitución aprobada recientemente y manda a desalojar de la Plaza Murillo mediante la fuerza policial y con violencia física a mujeres de su partido por pedir que se respete la Nueva Constitución y la equidad de género en la estructura del Ejecutivo y en el nuevo gabinete ministerial conformado también de manera ilegal e inconstitucional.

Hasta aquí se rememoraron hechos de violencia física sin necesidad de dar nombres, ya que son acontecimientos públicos y conocidos por todos y todas con respaldos en las notas y registros de los diferentes medios de comunicación.

Pero considerando que las mujeres somos la mayoría de la población boliviana, que la realidad demanda de nuestra participación el verdadero cambio, que la lucha por la equidad en el desempeño de roles lleva ya varios siglos, que el desarrollo social depende estrechamente de cómo se lleven las responsabilidades cotidianas y domésticas en el hogar para superar las barreras u obstáculos económicos, sociales y culturales de nuestros hijos;

Que ya los gobiernos “neoliberales” reconocieron e identificaron a la mujer como agente social determinante para mejorar la salud, nutrición y educación de las nuevas generaciones. Que las mujeres con nuestros hijos somos protagónicas en el desarrollo de Bolivia y de lo que suceda con nuestro rol en el desarrollo, dependerá lo que suceda con el desarrollo del país;

¿Cómo podemos permitir un Presidente que no reconoce legalmente a su descendencia?, ¿Cómo aceptamos que se ratifique a un Canciller, padre irresponsable que no cumple ni sus promesas de matrimonio y que usa los bienes del Estado para resarcir sus deslices sentimentales? ¿Cómo permitimos y callamos las acciones de un ministro de la Presidencia que agrede a una mujer presidenta del Comité Cívico de Pando y a un ministro de Defensa que en su condición de abogado, no respeta a las mujeres administradoras de justicia?

¿Cómo ser testigos mudos de supuestos actos de corrupción del segundo hombre del MAS que la justicia se encargará de determinar, pero que con la desfachatez más grande, ante el primer problema que enfrenta junto a su reciente esposa con embarazo gemelar de alto riesgo, la agrede psicológicamente a través de una conferencia de prensa, desnudando con este hecho su poca hombría? Estará en duda si es o no corrupto penalmente, pero la poca solidez de sus principios y valores quedo públicamente demostrada.

Estos son los “hombres” que lideran el cambio…Si no están a la altura de sus mujeres y si no pueden sostener una familia, mucho menos les importarán los precios de la canasta familiar, la salud y/o educación del resto de la población.

¿Es éste el CAMBIO esperado?

* es abogada y periodista.