Querid@s compañer@s:
Tengo el agrado de saludar a cada
un@ de ustedes y transmitir con mucho cariño y respeto, mis más sinceros deseos
de plenitud y realización para este año que comienza, que se manifiesten en sus vidas y en cada uno de sus proyectos personales, pero
sobre todo en nuestra meta común de servicio a la Patria, como dirigentes y
militantes del Movimiento Nacionalista Revolucionario.
El afamado 2012, tan anunciado y
hasta temido por algunos, marca para nosotros el turno del Sol que nace después
de las tormentas o la oscuridad.
Cumplimos 70 años de vida y 60 de la Revolución Nacional y causalmente como en
1952 el calendario chino se dispone a dar inicio al año del dragón de agua que
anuncia esperanza y libertad, así como la caída de los tiranos que quedan en el
planeta.
Estoy segura que muchos de
ustedes podrán realizar con la capacidad y maestría que caracteriza a nuestros
líderes, el balance de estas siete
décadas, que con certeza suman mayores aciertos que errores en la tarea de
construir la Nación boliviana y viabilizar el Estado boliviano constitucional y
democrático de derecho. Sin embargo, hoy la democracia en Bolivia está herida
de muerte y este nuevo aniversario nos encuentra con el deber de resguardar
nuestros ideales y defender los derechos e intereses de nuestro pueblo y
sus sectores vulnerables, motivo por el que me permito sugerir tres puntos
fundamentales de reflexión que deberían guiar nuestras próximas acciones.
1. Como
hace setenta años nuevamente nos encontramos sumidos en una falsa democracia
que fue reducida al uso pragmático de sus formalidades con impostura mediática
y fraude electoral. La hegemonía actual se dedicó a corromper sus
características básicas desde el concepto de República, la independencia de los
órganos de poder, la libertad de expresión, la supervivencia de los partidos
políticos y dentro el conjunto de retrocesos la política se degradó a
politiquería o campo de guerra y confrontación en el que se busca la
eliminación del adversario y la descalificación de las personas que pensamos
diferente. Como gestores de la democracia moderna a través del Voto Universal,
tenemos la obligación ética y moral de generar nuevas alianzas, restablecer la
tolerancia y la institucionalidad democrática y exaltar sus valores hasta
consolidar la profundización de la democracia de plena participación.
2. Hace
setenta años la oligarquía entreguista se camuflaba bajo la máscara del
socialismo para seguir llenando sus bolsillos a cambio de rifar el país y
nuestros recursos naturales al extranjero. La rosca desplegaba sus estrategias
para que las autoridades se desvinculen de la bolivianidad y opten por los
negociantes internacionales a cambio de ser apuntalados en sus puestos; hoy la
oligarquía, la rosca y las transnacionales, son sustituidas por la mafia
internacional del narcotráfico y el terrorismo y el pseudosocialismo está
nuevamente a su servicio. Se nos acusa de vende patrias cuando históricamente
ejercimos el papel contrario, pero si continuamos permitiendo que la conducta
política de Bolivia siga subordinada a consignas extranjeras, terminaríamos
dando la razón a estas falsas afirmaciones. El 2012 es un año de acción.
3. Desde
nuestro nacimiento es una característica la que marca nuestras fortalezas y
también las aparentes debilidades: El hecho de ser centro integrador de las diferentes
corrientes políticas, desde la mirada positiva, o el hecho de estar al medio de
“una izquierda sin proyecto que nos ataca y una derecha que piensa que los
intereses del país pasa por sus bolsillos y que
también nos ataca” como lo describió con la claridad que la hablaría a su hermana,
nuestro querido Franklin Panka Anaya. No cometamos el error de intentar
inclinarnos hacia ninguno de los extremos, ni caigamos en la trampa de llorar
más que la viuda en menoscabo de nuestra
militancia, en el caso específico del Beni. Está claro que está primero la
Patria y después el partido en la defensa de la democracia, pero también está
claro que el Beni es del MNR y que con o sin nuestros consejeros es línea del
coyuntural gobierno desconocer a todas las autoridades elegidas que no sean del
MAS a través de la judicialización de la política y el copamiento completo de
todos los órganos de poder.
El desafío que cada uno de
nosotros debe asumir con la responsabilidad de cada acto es lograr que el MNR a sus setenta años
vuelva a ser el puente que une los polos contrapuestos y recuperemos el papel
protagónico que la necesidad histórica nos otorga como el justo medio de la
política boliviana, que devuelva la Fe y esperanza a la población. Con Unidad
frente a la confrontación; con nuevas
alianzas sociales, frente a la atomización y división interna de los diferentes
sectores propiciada por el gobierno en la lógica de dividir para reinar; con
soberanía política, frente a la instrucción chavista que sigue el partido de
gobierno; con independencia económica, frente a la creciente deuda con
Venezuela y otros paises que disimuladamente hipotecan nuestras materias primas
y con justicia social, frente a la humillación de los sectores movilizados que
mientras sirvieron con su voto recibieron grandes ofertas y hoy que llegó el
momento de cumplir tienen que inmolarse o sufrir grandes vejaciones y
sacrificios para ser escuchados como lo hicieran los indígenas del TIPNIS, la
población de la ciudad de El Alto y ahora los discapacitados.
RUMBO A LOS 70
AÑOS Y POR LA NUEVA REPÚBLICA, VIVA EL MNR, SIEMPRE!!!
c. Marcela Martínez Sempértegui
SECRETARIA NACIONAL DE ORGANIZACIÓN
MOVIMIENTO NACIONALISTA REVOLUCIONARIO
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